¿La inteligencia artificial amenaza la publicidad?
Estamos tan acostumbrados a convivir y trabajar con los robots y las nuevas tecnologías que no somos conscientes de hasta qué punto somos dependientes de ellos. Tienen cualidades humanas mejoradas como la inteligencia, la rapidez y la eficacia, porque para ello los diseñamos.
Sin embargo les faltan muchas otras características intrínsecas del ser humano: la imaginación y la creatividad. Estas son habilidades esenciales para el mundo del marketing que se nutre de la autenticidad humana para desarrollar nuevos proyectos y campanas que ayudan a comercializar todo tipo de productos.
Debemos reconocer que la inteligencia artificial facilita la vida de los profesionales del sector a la hora de diseñar un nuevo logotipo (LogoJoy) e incluso existen los que escriben materiales de relaciones públicas (PingGo).
Otra rama del comercio en el que se han vuelto insustituibles es en el de analizar y reconocer picos de ventas impredecibles. Cuantos más datos tiene un analista a su alcance, más difícil le resulta entender, procesar y sacar conclusiones, además de ser un proceso lento que tampoco promete resultados. Sin embargo, pueden enseñar a las máquinas a leer datos, interpretar imágenes y analizar cualquier tipo de flujos de datos para encontrar patrones.
Las máquinas reaccionan más rápidamente a las necesidades de los usuarios. Debido al aumento de datos que se recopilan sobre los hábitos de consumo de la población, la tecnología ha revolucionado el proceso de planificación y compra y las labores cotidianas que conforman la columna vertebral de cualquier agencia de medios. La utilización de algoritmos Deep learning permite analizar a las personas como individuos dejando que los vendedores puedan comprar medios que apelan al comportamiento del consumidor de forma proactiva y no reactiva.
En general, la tecnología ayuda a los profesionales del marketing a reaccionar con mayor velocidad y a procesar todos los datos que reciben de los consumidores.