Técnicas más empleadas en los implantes capilares

Medical Hair, expertos en Técnica FUE

 

Raro es aquél caso que con los años no haya tenido problemas de caída de pelo o no tenga alguien cercano con este dilema. Y es que a decir verdad es algo bastante habitual, más aún cuando hay estudios que determinan cómo el 50% de los hombres y el 25% de las mujeres pasan por este trance en algún momento de sus vidas, que normalmente suele ser más allá de los 30 años.

Hay personas que se lo toman muy a pecho, ya que puede que hayan estado siempre muy orgullosos de su melena o simplemente consideren que de cara a otras personas afecta su imagen, esto último suele darse en mujeres o en ambos sexos cuando se tiene un trabajo de cara al público, más aún si es  en ventas. Y bueno, luego estamos los que si bien aún conservamos el pelo, vistos los antecedentes familiares ya vamos preparando la escoba y el recogedor, ya que se auguran turbulencias.

Pues bien, aquellos que estéis leyendo y que tengáis un problema de alopecia sabed que no es grave y que tiene una solución bastante sencilla, la de los tratamientos capilares; que parten de champús y lociones especiales hasta pequeñas intervenciones quirúrgicas como el implante capilar FUE.

Aquellos que tengáis una alopecia ligera podéis probar a consultar con vuestro dermatólogo para ver si con una simple loción específica os podría valer. En caso contrario lo más probable es que os mandase un tratamiento de mesoterapia, una técnica consistente en realizar microinyecciones de nutrientes en los folículos capilares a fin de vigorizar las raíces y generar pelo más grueso y solido. Si en cambio sufrís de una alopecia androgenética o habéis visto cómo los folículos han desaparecido o se han quedado seriamente dañados por tratamientos médicos la solución pasaría por los implantes capilares, donde principalmente hay dos técnicas: la técnica FUE y la técnica FUSS.

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La primera de ellas consiste en la extracción de los folículos capilares sanos existentes en la nuca y en los laterales de la cabeza con la idea de volver a colocarlos allí donde exista el problema. Es una técnica poco invasiva, indolora y además ambulatoria. La técnica FUSS en cambio es algo más complicada, pero tiene la ventaja de que sus resultados son aún mejores. Básicamente consiste en la extracción de una lámina de piel con cabello que posteriormente pasará a ser revisada cuidadosamente bajo microscopio. Ahí es cuando se desechan los folículos dañados y se separan aquellos que lleven 1,2,3 o 4 raíces en su interior, diferencia que acabará siendo empleada para dar mayor grosor a la nueva capa de pelo o para utilizar en zonas de poca densidad como la primera línea de la frente.

Así que ya sabéis, si tenéis un problema de alopecia no os preocupéis, que hay solución.

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