Nombre para un negocio en todos sus sonidos imaginados

Nombre Flickr Creative Commons by Wystan

Eliges el nombre para un negocio en el que crees, sigues todo el recorrido lógico para determinar que nadie tiene en propiedad esa denominación, ya sabes, para registrarla como dominio de Internet, y cuando tu proyecto está muy avanzado alguien saca, no se sabe de dónde, que tu denominación quiere decir algo muy negativo en inglés o en sueco o en arameo antiguo.

Las palabras pueden decir una cosa, reflejar una idea, pero los sonidos que las expresan se mueven en otro nivel. Las sílabas, las letras no se escuchan de la misma manera en los oídos de los hablantes de otras lenguas. Hasta las entonaciones pueden variar las palabras de un idioma. Fíjate si no, en la dificultad que tienen los franceses para hacerse con las erres españolas.

Las verbalizaciones de algunas palabras en otra lengua pueden llevarnos por un camino equivocado y chafar la idea de negocio antes de empezar. Lo último que desearíamos es que los clientes se mofaran en nuestro proyecto porque el nombre de un producto les recuerde a algo risible.

Veamos qué hacer en esos casos, cómo conjurarnos con el destino y evitar cualquier malinterpretación de un nombre para un negocio mal entendido.

-Pronunciación real en varios idiomas. En Internet hay recursos que te ayudarán a ponerte en alerta sobre cómo suena ese nombre para un negocio que tanto te gusta. Un ejemplo puede ser Pronuncenames.com, otro más simple cualquier aplicación de idiomas de tu móvil o las que ofrece el mismo Google en sus recursos para desarrolladores.

-Gente conocida sin relación con el proyecto. Pide a gente de tu entorno que te ayude a pronunciar la palabra en cuestión, sin más indicaciones, para no condicionar la lectura del nombre para un negocio.

-Tus socios y colaboradores. Probablemente las personas más comprometidas con el proyecto. Serán más sensibles a cualquier error del tipo comentado, porque saben lo que se juegan. Si la palabra no funciona, la situación es perfecta para concertar una reunión y activar un proceso de brainstorming que alumbre otra palabra clave del proyecto. Si aún estáis a tiempo.

 

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