Nadie discute que la comida infantil, la de los niños más pequeños, es algo en cuya calidad siempre hay que apostar. Con los potitos no se juega, con la salud de los pequeños, menos. Para los padres concienciados, ha llegado Smileatbaby, potitos elaborados con productos naturales totalmente ecológicos.
Detrás de cada potito está un proyecto emprendedor de tres jóvenes españoles que un día se decidieron por emprender en una marca de comida infantil absolutamente natural.
Rocío de la Iglesia, Javier Quintana y Alberto Jiménez lo tuvieron claro desde el principio con su apuesta comercial, renunciar a los conservantes, a la sal, a los azúcares o a los espesantes que suelen acompañar a los productos tradicionales, a lo único a lo que no renunciaron fue a la calidad.
Su apuesta es elaborar tarritos para niños mayores de cuatro meses sobre la base de frutas, de verduras, de carne y de pescado seleccionados.
18 meses de investigaciones
Los productos Smileatbaby llegaron al mercado en enero de 2015, pero el recorrido de comercialización supuso año y medio de investigaciones para dar con los sabores y las texturas más apropiadas para los niños más pequeños.
Alberto Jiménez es un emprendedor con experiencia, ésta de Smileat es su tercera acción de emprendiduría, su segundo proyecto se saldó con un fracaso al no haber sabido diferenciarse de la competencia. Con Smileat, ese problema ha quedado atrás, su producto es único y tiene todos los números para revolucionar al sector de la alimentación infantil.
El objetivo es reproducir la misma calidad, la misma dedicación que los padres ponen en la confección de la comida hecha en casa. La aceptación de sus productos ha cogido por sorpresa a estos emprendedores que elaboran sus potitos en una fábrica jienense.
Por el momento, sólo comercializan sus productos en unas pocas capitales españolas, dejando las ventas internacionales para más adelante.