Cuando parecía que el sector de la comida a domicilio estaba ya en manos de Just Eat, que en los últimos años ha actuado de forma agresiva para monopolizar el mercado, un nuevo contendiente ha entrado en este sector en España: Deliveroo. Y con ello se ha desajustado toda la estrategia de Just Eat, que creía que ya tenía el mercado en el bolsillo para hacer con él lo que quisiera. La historia nos confirma la importancia de las alternativas.
Just Eat ya no está sola
Hace unos años el pedir comida a domicilio online no estaba tan al uso. Había algunos servicios que se adelantaron a su tiempo y que no encajaron con lo que los usuarios querían en esa época. Posiblemente quien trabajó en esas empresas se tire de los pelos ahora al ver cómo el negocio ha evolucionado de manera que ahora sí estarían triunfando. Pero esto es ley de vida en el sector empresarial. En los últimos años se establecieron varios negocios de peso en España. Estaba Sin Delantal, de producción puramente nacional, y también llegó con fuerza La nevera roja. Como tercera en discordia estaba Just Eat, que desde el primer momento se enfocó bajo un tipo de negocio agresivo, en el cual la empresa perdía dinero al hacer grandes descuentos a los clientes que evitaban que fueran los restaurantes quienes lo perdieran.
En poco tiempo Just Eat compró Sin Delantal y se quitó un rival de en medio. También compraron más recientemente La nevera roja, rival al que asfixiaron al robarle los clientes mediante la estrategia de las ofertas y los cupones de descuento. Tras esto Just Eat empezó a ajustar su rendimiento, redujo las promociones al ya no necesitarlas y siguió ganando, pero sin tener tantas pérdidas. La estrategia del monopolio estaba hecha. Pero ahora ha llegado Deliveroo.
Desde el extranjero con ilusión
Lo que ha ocurrido con Deliveroo es que el negocio ha llegado desde territorio internacional con una gran proyección, con un gran conocimiento del mercado y con fuertes aspiraciones. Han debutado llenando las calles de panfletos con descuentos impresos. Han vestido los taxis con códigos promocionales y han reunido a su alrededor cientos de restaurantes. Se afianzan en una alternativa a Just Eat que trabaja de una forma distinta, más cómoda para los restaurantes, aunque más cara para el cliente.
Es un tipo de reparto independiente, bajo el cual el empleado de Deliveroo recoge el pedido en el restaurante y se lo lleva al cliente a su casa. Hay una tarifa económica por reparto, pero existe un factor que pesa a quienes se preocupan por el medio ambiente: se usan bicicletas en el reparto. Y eso es algo que está pesando en una sociedad que cada vez se preocupa más por el mundo. Quizá les cueste arrancar, pero parece que van a ser una buena competencia para Just Eat.