Cuando recientemente se llevó a cabo la compra de CatalunyaCaixa por parte de BBVA, la entidad bancaria ya mencionó que debería realizar una reestructuración, puesto que no iba a ser sencillo mantener tantas oficinas abiertas. De todas formas, el plan original hablaba de realizar el cierre de las oficinas sobrantes a finales del año 2018, lo que daría tiempo suficiente a los empleados de ajustar sus necesidades. Al final se ha producido un adelanto y el cierre se producirá a final del próximo año 2017.
400 oficinas menos
Implantar cuanto antes el cierre de las más de 400 oficinas que desaparecerán debido a este plan ayudará a que BBVA pueda comenzar a reducir gastos de una manera significativa. Se trata de un volumen de negocio importante del que prescindirán y que se notará en las arcas de la compañía desde el primer momento. Todo forma parte de la gran reestructuración que han planteado en Cataluña, en la cual tiene mucho que ver la adquisición de CatalunyaCaixa que han realizado. El ahorro de costes a partir del ajuste de su trabajo en Cataluña se espera que sea de 200 millones de euros, algo que comenzará a conseguirse a partir del mes de septiembre.
Cambiando de oficinas
La operación que han realizado sobre CatalunyaCaixa tiene un gran valor para BBVA, puesto que les permite afianzarse en un entorno clave en la comunidad. De esta manera, las oficinas centrales donde antes estaba la sede de CatalunyaCaixa ahora se convertirán en el núcleo de BBVA respecto a su representación en Barcelona. Además, se ha decidido que exista una segunda directiva para BBVA que representará su presencia en Cataluña en general y que tendrá su sede en Terrassa. Con este cambio tratarán de dar el mejor servicio a los clientes.
Los cierres que se van a producir se ha confirmado que pertenecerán en un 40% a oficinas de BBVA, mientras que el 60% restante corresponderá a oficinas de CatalunyaCaixa. Aún con los cierres, BBVA seguirá teniendo presencia en el total de las poblaciones catalanas donde se suman más de 8 mil personas. En total seguirán teniendo alrededor de 1000 oficinas en Cataluña, con lo que esperan que mejore su cuota de mercado catalana, que actualmente se estipula en un 24% del total. Pero si sus planes resultan positivos, no hay ninguna duda de que BBVA podría meterse a los catalanes en el bolsillo y así reafirmar su relevancia en la región. Por ahora el plan les está saliendo muy bien.