Las startups, empresas de base tecnológica con un ingente potencial, tienen en España un terreno abonado para su consolidación. Lasaceleradoras de empresas y las incubadoras son numerosas. España es el segundo país con más instalaciones de este tipo. Sin embargo, no basta con tener el lugar, también hay que tener la aptitud, encontrar el hueco correspondiente en el mercado y las estrategias de marketing que consoliden a la empresa, además de la financiación requerida para poner en marcha el proyecto. Muchas startups superan estas primeras fases y logran un puesto considerable en la cadena económica. En ellas se detectan virtudes empresariales de las que todas las empresas deberían aprender.
La flexibilidad es una de las principales virtudes de las startups. Su tamaño le permite adaptarse y dirigir las campañas de marketing y estrategia empresarial a los nichos de mercados emergente. Los mercados cambian y las empresas deben cambiar con ellos. Este cambio debe estar impulsado por la creatividad, que tiene su reflejo en las campañas de marketing. Dicen que la necesidad hace maestros, y esta virtud parece estar presente en las startups. La búsqueda de clientes motiva que las campañas de marketing sean altamente creativas y efectivas. Y para llegar al cliente es necesaria la cercanía. No vale con ocultarse tras un logotipo, sino que las startups suelen identificarse con una cara visible, una persona (su creador) que es la imagen de la marca. Es la humanización de la empresa. Esta persona, por lo general, se ocupa de las relaciones institucionales y de la participación social. La relación intersectorial es fundamental: estar en contacto con bloggers, periodistas y personas influyentes, todo concentrado en un portavoz. Las startups tienen un camino difícil, sobre todo porque tienen que enfrentarse a la competencia de grandes empresas. Para superarlo una de las estrategias de marketing habituales es ofrecer productos de forma gratuita, y que sea un portavoz de la empresa el que lo presenta a su público potencial. Es parte de la cercanía característica de estas entidades. Y volvemos a la persona con la que se identifica la empresa, que la expone como un padre expone a su hijo, la conoce y sabe cuales son sus virtudes. De nuevo todo vuelve a girar en torno a las mismas virtudes del marketing: cercanía, identificación con una persona y creatividad. Siendo ejemplo de que pequeñas ideas pueden llegar a ser grandes empresas.