El sentido de este portal de subastas de ocio es hacer del entretenimiento lowcost una fuente de ingresos rentable. Y, todo, cuando el sector de los portales que ofrecen actividades está más que saturado.
Pero el promotor de esta idea de negocio, Marc Zinck, un holandés que cuenta con una gran experiencia en el ocio online, siempre lo tuvo muy claro. Hay margen y nichos de negocio para explotar en fórmulas de negocio aparentemente copadas.
La diferencia del negocio de este portal de subastas de ocio es que son los clientes los que al final deciden cuánto quieren pagar por cada servicio. Ya sea una cena a la luz de las velas en un restaurante de moda, un viaje de ensueño o un tratamiento de belleza muy personal.
Sin registros
Algo importante es que las ofertas se pueden conocer y ver en la web sin estar registrados, lo cual representa una estrategia muy acertada para incrementar las ventas. Todo, se reduce a llegar a acuerdos con proveedores para desarrollar una actividad en concreto. El ganador de la subasta recibe su bono y el resto de usuarios no abona nada aunque haya participado de todo el proceso.
Este proyecto emprendedor supuso una inversión de un millón de euros para crear la web, para desarrollar el proyecto de marketing online y para contratar a una veintena de trabajadores.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo, los primeros momentos fueron complicados porque no conseguían ganar la confianza de los usuarios y de los proveedores. Sobre todo, porque con la crisis económica española, había mucho temor a invertir y a perder dinero.
Por esa razón, los gestores del proyecto invirtieron mucho en desarrollar el departamento de relaciones con los clientes. Atender al público por teléfono ha sido clave en este sentido. Compartir las experiencias en las redes sociales también ha sido un factor clave para el despegue del proyecto y del éxito.