Las siglas USP significan Unique Selling Proposition o como diríamos en español, una propuesta única de valor. Este concepto se planteó hace varios años y aunque parezca que se está dejando algo de lado últimamente, no debemos olvidarnos de que es muy importante. Este concepto se define como la diferencia entre nuestro producto y otros que cubran la misma necesidad y que hace que los clientes finalmente decidan que van a comprar nuestro producto antes que cualquier otro en el mercado. Para que esto funcione tenemos que seguir tres pasos.
Primero debemos transmitirle de manera muy clara al cliente cuál es el beneficio de comprar nuestro producto. Tenemos que basar esto en el beneficio y no en la funcionalidad en sí, ya que lo que se busca es que el cliente encuentre características en nuestro producto que no encuentra en el otro, beneficios que hagan del nuestro algo mucho mejor.
Este beneficio tiene que ser uno que la competencia no pueda ofrecer en ningún caso. Nuestro beneficio debe ser único, algo que claramente distinga lo que nosotros tenemos que ofrecer en el mercado en comparación con lo que otros ofrecen.
Y esta propuesta debe ser potente. Debe ser algo que a los clientes les haga de verdad querer comprar nuestro producto.
Para que todo esto funcione es necesario conocer muy bien nuestra empresa, así como nuestra audiencia. Ver de lo que somos capaces nosotros mismos y ver aquello que realmente le pueda aportar valor a la audiencia. Tenemos que dar una ventaja que pueda serles útil y sobre todo capaz de crear una auténtica distinción entre los productos. Que haya una clara diferencia con aquello que ofrece nuestra competencia más cercana en ese momento.
¿Y tú? ¿Tienes una USP para tu empresa? ¿Piensas que es útil?