Lo bueno y lo malo de los videojuegos

Están aquí y, gusten o no, son una forma más de ocio y entretenimiento para gente de casi todas las edades y preferencias. Videojuegos de carácter educativo, basados en competiciones deportivas, infantiles, pensados para que los más pequeños vivan sus propias aventuras, bélicos… la variedad es inmensa y pasar un rato jugando con la consola o con el ordenador es parte del día a día.

Esta realidad innegable ¿es buena o mala…? Opiniones hay para todos los gustos y como ocurre con casi todo, no existen verdades absolutas.

Jóvenes y no tanto, dedican parte de su tiempo libre a los videojuegos. Los expertos señalan como aspectos positivos de esta práctica, la capacidad de los videojuegos para desarrollar los propios reflejos, la concentración y agilidad mental y la coordinación manual. No hay que olvidar, además, que muchos de estos juegos pueden suponer un rato divertido en familia o con amigos (también con otros compañeros de partida “on line”) ¿Por qué van a ser peores que una partida de parchís? La forma de jugar (ante una pantalla) ha cambiado, pero el objetivo, disfrutar de un momento distendido y de ocio, es el mismo.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que la industria de los videojuegos es un sector en alza, que proporciona importantes ingresos económicos y que demanda cada día nuevos profesionales especializados. Diseñadores, programadores, animadores 2 y 3 D, productores… son muchos los que convierten su pasión por los videojuegos en una salida profesional con interesantes perspectivas de futuro.

Como aspectos negativos, los detractores de los videojuegos advierten del peligro que puede suponer pasar horas y horas frente a la pantalla, especialmente en el caso de los más pequeños. Aislamiento, sedentarismo (falta de ejercicio físico) incluso situaciones de nerviosismo y estrés  son algunos de los problemas que puede llegar a provocar el uso excesivo (abuso) de los videojuegos.

No se debe generalizar y calificar esta opción de ocio de buena o mala no tiene sentido. Un partido de fútbol, una “misión” de rescate, una aventura en la selva, una carrera de coches… imaginación y creatividad están muy presentes en los videojuegos actuales y disfrutar de ellos es algo divertido, un buen entretenimiento que, en principio, no implica peligro alguno. El problema radica en su mal uso. Adecuar los contenidos a cada edad y limitar el tiempo de juego son medidas sencillas para incorporar los videojuegos a nuestro tiempo de ocio  con seguridad y responsabilidad.